Ana Frank y sus indecentes pegatinas

La historia de Ana Frank, es bien sabida por tod@s. Un diario del miedo, de la barbarie, de tener que estar escondida junto a su familia hasta ser descubiertos por esos bastardos nazis.

Su actitud es un ejemplo hoy en día, de tolerancia y de ternura. Todo lo contrario que el ejemplo de los neofascistoides esos del equipo racista ese de Roma, que no es la Roma. Su presidente va a organizar visitas a Auschwitz para educar a sus hinchas. La iniciativa es tramposa pues se sabe que esta gentuza no reacciona. Está alienada y contaminada de tal manera que lo único bueno de tal visita sería una animalada que se me ocurre, que me situaría a su altura, así que mejor me la callo.

Yo soy Ana Frank, l@s guarecid@s somos Ana Frank. Fuera el racismo, fuera la intolerancia, fuera el odio. De todos los lugares del mundo. Que los descendientes de esos judíos masacrados en la Alemania nazi, tomen ejemplo de una puta vez y no escenifiquen actitudes similares como las que se producen en Palestina.